Últimamente está muy de moda hablar de inteligencia emocional.
La emociones forman parte de nuestra vida, y no estaría mal un conocimiento íntimo y exacto de nosotros mismos y de nuestra reacción emocional ante diferentes situaciones.
Una persona que domina y controla sus emociones puede anticipar y
planificar sus reacciones emocionales para optimizar su eficacia.
Este control junto con la habilidad para comprender como perciben los demás estas situaciones, y la habilidad de crear buenas relaciones sociales que permitan a las personas expresar con sinceridad sus sentimientos es parte de lo que conocemos como inteligencia emocional.
En ocasiones, el problema no es la falta de inteligencia
emocional, sino que sencillamente no tenemos el hábito.
Os propongo un ejercicio muy fácil para realizarlo esta semana, apuntad en una hoja de papel los días de la semana y al acabar cada día anotad las veces que habéis dado las gracias y por qué.
Sólo hay que adquirir el hábito de sentirse agradecido por los esfuerzos, destrezas, actitudes y contribuciones de las demás personas, ya me contaréis,...
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