jueves, 3 de mayo de 2018

TU ZONA DE CONFORT

Tu zona de confort actual te ha servido, pero representa tus comportamientos y patrones del pasado.
No nacemos con una guía que nos ofrezca las reglas explícitas para el pensamiento y el comportamiento que nos permitan navegar con éxito por la vida. Para hacer frente a la multitud de dificultades a las que está sujeta la humanidad, cada persona desarrolla un conjunto de hábitos y rutinas que nos mueven. 
La mayoría de nosotros sabemos, ya sea por instinto o por experiencia, que las transformaciones pueden resultar incómodas. Cualquier modificación en nuestros hábitos conlleva incomodidades iniciales que experimentamos al salir de nuestra zona de confort y que disminuyen a medida que nos acostumbramos al cambio. Es un pequeño precio que debemos pagar por la evolución en nuestra vida.
Tu zona de comodidad actual ha cumplido un propósito, pero es el reflejo de comportamientos y patrones de pensamiento que te capacitaron para enfrentarte a los desafíos de días pasados. Ahora, esa zona de confort en la que estás anclado favorece muy poco o nada el posible crecimiento personal que desees lograr en el presente.
Dejar la zona de confort a través de la expansión personal de cualquier tipo, puede prepararte para conseguir tus objetivos y afinar tus propósitos.
Ábrete paso a tu ritmo, y trata de que tu incomodidad no interfiera en tu resolución. Con cada triunfo conseguido, habrás crecido y tu zona de confort se expandirá para adaptarse a tu evolución.




jueves, 5 de abril de 2018

Pensamientos


Durante los últimos años se ha enfocado mucho en el poder del pensamiento positivo. Muchas personas han interpretado esto como que no está bien estar de malhumor o tener un pensamiento o un sentimiento negativo. Este tipo de acciones pueden dar lugar a construir relaciones superficiales con otras personas. Es posible que si actúas de esta manera, cuando surja un pensamiento negativo en tu mente, lo bloquees y lo reprimas.
Al hacer esto, sin darte cuenta, estás reprimiendo partes de ti mismo, y éstas no desaparecen, sino que las enterramos profundamente en nuestro interior.
En lugar de bloquear los pensamientos y sentimientos que etiquetamos como negativos, podemos observarlos tranquilamente y dejarlos ir. De otra manera se atascarán y se quedarán en nuestro subconsciente, preparados para aflorar en cualquier momento.
Una manera sana de conseguir esto sería, desarrollar una práctica en la que a un pensamiento/sentimiento negativo le siga uno positivo.
En lugar de enfocar nuestra mente en bloquear cualquier cosa que no sea cien por cien positiva, podemos desarrollar una actitud más amable hacia nosotros mismos. Reconocer nuestro valor interior y creer que las nubes negras, que de manera irremediable pasan por nuestra mente, no nos llegarán a intimidar.

miércoles, 7 de marzo de 2018

En la oscuridad de la noche


A lo lejos, el sonido de las sirenas comenzaba a romper el silencio de la noche.
Embutido tras los altos cuellos de su abrigo de paño negro, el hombre se llevó el cigarro a los labios y dio una profunda calada.
Llevaban varios meses preparando el operativo que lo haría salir a la luz.
El secuestrador hacía ya tres años que operaba con toda impunidad por las calles de la ciudad. Hasta la fecha habían desaparecido cinco muchachas jóvenes y bellas. Las retenía durante una semana hasta que se deshacía del cadáver.
El brillo de los rotativos se intuía. Apagó el cigarro con las yemas de sus dedos y guardó la colilla en el bolsillo. No quería dejar pruebas en el escenario del crimen.
Echó a andar hasta un bulto que estaba tirado en el suelo. Se arrodilló ante él y descubrió el rostro de una joven que le miraba con ojos suplicantes. Como las otras, estaba amordazada, con los pies y manos atados.
Paseó su mirada por el cuerpo de la chica a la vez que negaba con la cabeza. Con su gesto dejó entrever que no tenía otra opción. Sacó una navaja de uno de sus bolsillos y se la hundió en el corazón. Limpió el arma y se alejó del lugar.
Al llegar a la zona, los policías la acordonaron y el equipo de la ambulancia se acercó al cuerpo inerte.
Uno de los agentes lo vio acercarse, llevaba su abrigo de paño negro con los cuellos en alto. Se acercó hasta él y levantó la cinta del cordón policial para dejarlo entrar.
─Demasiado tarde, inspector. Nos ha vuelto a ganar por la mano.